La tardía determinación del Gobernador, comunicada en un tono lastimosamente suplicante, ratifica que la estrategia correcta en cuanto a la deuda pública, es la de una declaración frontal de impago, como lo he propuesto desde diciembre del pasado año. Sólo el impago, como estrategia política de confrontación, llevará a los acreedores a negociar una reestructuración de la deuda en la que se altere el principal a pagar, los intereses y los plazos. Como advertí desde entonces, es matemáticamente imposible cumplir con la deuda y con los servicios que necesita el país: por eso es un completo absurdo la propuesta de moratoria del candidato PPD, David Bernier, que lo único que provee es un aplazamiento del pago de principal sin ningún alivio en cuanto al monto total de la deuda y los otros términos de las obligaciones. Hoy que se anuncia el primer impago, lo emplazo a él y a los demás candidatos a que enfrenten la realidad y endosen la propuesta del PIP para que se decrete formalmente un impago, se inicie una negociación ordenada de la deuda y se exija un calendario de descolonización que nos lleve a superar la inferioridad política del ELA.
El Gobernador ha dicho que la Junta de Control Fiscal nos haría “regresar al régimen colonial”, demostrando que no hay peor ciego que el que no quiere ver: porque vivimos en el régimen colonial que el PPD defiende es que el Congreso puede imponer la Junta o cualquier medida que se le antoje. Porque el ELA es colonia es que l@s puertorriqueñ@s se han visto obligad@s a servir y morir en las guerras de EE.UU. Es repugnante la insistencia de García Padilla en usar el sufrimiento y la muerte de los puertorriqueños en esas guerras como ficha para suplicar auxilio congresional, aceptando el perverso principio colonial del tributo de sangre: las vidas de los nuestros a cambio del dinero del Norte.