El Nuevo Día
Comunidad habitable
L os cambios demográficos y económicos del país –una sociedad envejecida y empobrecida- exigen un nuevo acercamiento a la planificación de las zonas residenciales, de tal forma que sean accesibles (en precio y cercanía de servicios), a los adultos mayores. Es momento de retomar la revitalización de los centros urbanos, enlazando esa iniciativa con las de otros renglones, como mejorar los servicios de transportación colectiva para que operen de forma integrada, considerando necesidades particulares como las de adultos mayores con problemas de movilidad y la asistencia a citas médicas.
El Partido Independentista Puertorriqueño propone alentar mediante subsidios estructuras de usos múltiples, como el modelo que presentó la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Puerto Rico para el Barrio San Mateo, en Santurce, cuando se expropió toda una comunidad para darle paso a un fallido proyecto de edificios de altísimo costo. Proponemos, además, fomentar proyectos de vivienda cooperativa, que incluyan espacios aptos para la vivienda asistida para personas que ya no puedan valerse por sí mismas.
Uno de los servicios con mayor demanda entre los adultos mayores es el del Programa de Amas de Llave. Los recursos que se le asignan son insuficientes, y deben multiplicarse. Además, para viabilizar acceso a servicios médicos, promovemos la creación de Centros Comunitarios de Atención Primaria, al amparo de los cuales trabajarían los Promotores de Salud Comunitaria a cargo de programas de alcance.
Fundamental además, para que los adultos mayores preserven su independencia, es el desarrollo de destrezas tecnológicas a través de adiestramientos provistos por el gobierno junto con acceso a computadoras e Internet en espacios públicos.