Foro Uno RADIO GROUP: Propuestas de desarrollo para la zona sur de Puerto Rico
María de Lourdes Santiago
Candidata a la Gobernación
Partido Independentista Puertorriqueño
viernes, 11 de marzo de 2016
Muy buenos días. Mi saludos, y mi agradecimiento por la invitación para participar de este foro sobre las propuestas económicas para el área sur.
Por la limitación de tiempo, me ceñiré a un puñado de asuntos. pero antes de entrar de lleno en lo que desde mi candidatura a la gobernación creo que deben ser los lineamientos principales para el desarrollo de esta región (sobre la cual admito cierta parcialidad, pues soy de Adjuntas, y de hecho, nací en Ponce), quiero hacer un apunte que me parece esencial sobre las circunstancias actuales del país. La visita en estos día de un congresista estadounidense a nuestro país ha servido para confirmar la inminencia de la imposición de una Junta de Control Fiscal que, amparada en los poderes plenarios que le da la cláusula territorial al Congreso de lo Estados Unidos sobre la nación puertorriqueña, invalidará las escasas facultades que reconoce la constitución colonial, y destinará nuestros recursos comunes al pago de la deuda pública, sin disponer–y en ésto ha sido muy claro el enviado congresional– una partida para desarrollo económico y reclamando facultades como imposición de contribuciones y anulación de contratos. En cualquier escenario, pero sobre todo, frente a una crisis de la magnitud de la que nos azota, la inversión pública (en infraestructura vial, en educación, en salud, en provisión de servicios de energía, de agua) es el motor para la generación saludable de inversión privada. De persisitr la negativa del Congreso en entender esta urgencia, las perspectivas para Puerto Rico son, ciertamente, desastrosas.
Pero mi presencia ante ustedes en esta mañana no es para extenderme en la descripción de ese escenario lúgubre que es lo único que creíblemente le pueden ofrecer a ustedes tanto los candidatos que representan a los partidos que han tenido todas las oportunidades posibles, (e invariablemente han fallado) como los candidatos independientes que reproducen en lo sustantivo ese discurso del fracaso, sino lo que el Partido Independentista (desde donde por tantos años hemos estado advirtiendo lo que ahora esta pasando), qusiera procurar que ocurriera.
Estando en Ponce, me parece obligado comenzar por el gran proyecto inconcluso de la región, el Puerto de las Américas. Como ustedes bien conocen, la Ley 156 del 2014 se ha puesto en vigor de forma parcial e ineficaz. El contrato para un operador de calibre internacional que mandataba la ley, se otorgó, con el muy diluido fin de ofrecer asesoría y de iniciar la gestión de un Plan de Mercadeo, a la compañía Portek, en términos muy onerosos ($100,000 al mes por el trabajo de solo tres consultores, con los demás recursos aportados por la Autoridad del Puerto) y aún no ha comenzado. Hoy, hago míos los reclamos de la Coalición del Sur, como puntos de partida indispensables para el desarrollo del Puerto: absoluta transparencia y flujo continuo de información sobre las gestiones de Portek y del Estado; adopción de una clara política pública sobre la redistribución de carga marítima que garantice actividad portuaria en Ponce; desarrollo de la Zona de Valor Añadido que era parte neurálgica del proyecto original y un compromiso de inversión pública sustancial en las mejoras a infraestructura vial (como la construcción de una carretera paralela a la 52), así como de infraestructura de energía eléctrica y de acueductos y alcantarillados. A ello añado las condiciones sin las cuales el Puerto será un ejercicio siempre insuficiente: la desaparición de las leyes de cabotaje y la posibilidad de establecer acuerdos internacionales de comercio, sólo posibles cuando superemos el estatus colonial y advengamos a la independencia.
Un Puerto de las Américas robusto será el complemento para otras iniciativas vinculadas al desarrollo económico de la zona que, quiero subrayar, están predicadas en un avalúo sensato de los recursos de los que ya disponemos y que pueden alcanzar un superior potencial en manos de un gobierno más capaz y más ágil.
Una de las propuestas principales de mi programa de gobierno es la transformación de la Autoridad de Tierras (que responde a un modelo económico de mediados del siglo pasado), en la Autoridad de Soberanía Alimentaria, con la misión de paliar el profundo desbalance entre la comida importada (85%) y la que producimos aquí (15%) combinando la agricultura de mediana y mayor escala con el desarrollo de fincas familiares. Pero nuestras posibilidades en el tema alimentario no son sólo de generación de cultivos. Ya, Puerto Rico cuenta con recursos subutilizados de procesamiento de alimentos (como son los laboratorios universitarios de Mayaguez y Utuado) que pudieran valerse tanto de materia prima local como importada y engranar en un proyecto para hacer de Puerto Rico (bendecido en su ubicación geográfica) una plataforma preeminente de exportación hacia Norte y Sur América.
En la misma línea de recursos disponibles y pobremente utilizados está el desarrollo turístico. Hoy, el turismo genera entre un 5 y 6% del empleo general en nuestras islas–muy poco en comparación con otros destinos del Caribe, que fluctúan entre un 15% y un 20%. Proponernos una duplicación en esa cifra, no es, por lo tanto, una pretensión inalcanzable, si partimos de una oferta eslabonada (y para el PIP, el concepto de eslabonamiento, es decir, relación entre diversas actividades económicas, es esencial) de atractivos para el extranjero: desde ofrecimientos culturales, de apreciación arquitectónica (espacios ambos en los que Ponce es especialmente rico), gastronomía (que actualmente se da de forma silvestre en el turismo interno), turismo ecológico y de aventura. Para ello es esencial la despolitización de las campañas de promoción turística, la preparación y entrenamiento continuo del personal de servicio al turista y un diseño y aplicación coherente de políticas públicas hacia el turismo, como tasa menor para impuesto al consumo, el control de los juegos ilegales y la fiscalización de iniciativas independientes de transportación y alojamiento.
No es posible hablar de desarrollo económico sin señalar tres áreas adicionales: planificación, generación de energía y protección del ambiente y de la infraestructura verde. El Plan de Uso de Terrenos recientemente aprobado (indispensable para una proyección confiable de propuestas económicas) sólo tendrá sentido y efecto si se vela con firmeza por su cumplimiento. La principal propuesta de generación de energía para la zona, el Aguirre Gas Port, debe estar sujeta a un mayor escrutinio, recordando que sigue amarrándonos a la dependencia de combustibles fósiles cuya disponibilidad y precios depende de condiciones fuera de nuestro control. Aprovecho para reiterar nuestra propuesta de la conversión de los antiguos terrenos de la CORCO en un gran parque de generación de energía fotovoltaica, que nos acerque la meta de producir en el plazo de una década, un 40% de energía de fuentes renovables. Y en el tema ambiental, es inescapable denunciar la utilización de Peñuelas, y en algún momento, de Ponce, como el vertedero tóxico de las 800 toneladas de cenizas producidas diariamente por AES en Guayama. Urge aprobar el proyecto de ley de mi autoría para acabar con esa práctica, y de la misma manera, establecer medidas de protección para el Acuífero del Sur y zonas de valor ecológico particular como Las Salinas.
Estas propuestas, unidas a otras que en este espacio no puedo condensar, marcarían un despunte para la economía de la región. Hay un tema adicional que no quiero dejar de mencionar, en buena medida porque he tenido la ocasión de visitar varias escuelas aquí en Ponce, y la educación pública, y e particular la educación especial, es un tema muy cercano a mi corazón. Es importante hablar de grandes proyectos, pero también es importante hablar de restaurar los salones de la Escuela de Bellas Artes de Ponce, de ese teatro espléndido –el área de escenario es mayor que la del Teatro La Perla– clausurado, carcomido por la humedad y la plaga del abandono. Y no podemos hablar de progreso, ni en Ponce, ni en ninguna parte, si tenemos escuelas como la elemental de Cantera, donde se concentran los niños de educación especial con diagnósticos más severos en todo el distrito, si se gastan millones de dólares en coaching, pero no hay con que techar la cancha, no hay con qué construir un espacio de recreo mínimo para niños con autismo ni con qué pagar la transportación del equipo de sexto grado a un torneo de baloncesto. Lo mismo para una institución única en Puerto Rico: la escuela Fray Pedro, en La Rambla, administrada por una oranización sin fines de lucro, que recibe a niños y niñas con discapacidad auditiva.El progreso de un país no sólo se contabiliza por ingresos, o exportaciones; se mide también por las oportunidades que se les dan a todos y por la forma en que velamos por nuestros más vulnerables.