El Nuevo Día
Libres de estereotipos
L a perspectiva de género en el ámbito gubernamental debe promover una mirada a las políticas públicas, estructuras y actitudes, que permita discernir cuál es el efecto del género en el acceso a servicios, oportunidades y en la participación de los recursos comunes. Su fin debe ser erradicar la desigualdad, se manifieste de forma abierta o solapada.
El PIP ha sido defensor de la perspectiva de género, y abogamos por su incorporación tanto en la educación pública (donde es instrumental para lograr nuevas generaciones menos propensas a la violencia de género y al discrimen), como a toda la gestión gubernamental. Creemos que los libros de texto deben estar libres de estereotipos y deben conducir a una igual valoración de los géneros, pero además proponemos que toda intervención del Estado considere su impacto según el género.
Por ejemplo, medidas contributivas injustas, como el IVU, le hacen particular daño a la mujer trabajadora, pues la mayoría figura en el renglón contributivo más empobrecido por el impuesto al consumo. Como en tantos asuntos, fui el único voto de oposición en el Senado.
El tema de la educación especial es otro que, aunque parezca neutral en cuanto a género, las actuaciones del Estado perjudican a un gran número de mujeres: son mayoría las jefas de familia con custodia de sus hij@s, son mayoría las maestras y también las mujeres terapistas a las que se les niega el pago puntual por su trabajo.
Alcanzar la equidad es tarea de tod@s, y al Estado le queda mucho por recorrer en esa dirección.