Candidata a gobernación del PIP propone ofrecer cubierta básica gratuita para los habitantes del País

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El Nuevo Día-viernes, 16 de septiembre de 2016 – 12:00 AM

Por Marga Parés Arroyo

María de Lourdes Santiago, candidata a gobernación del PIP, propone la prevención como eje central del sistema de salud. (David Villafañe)

Su propuesta de salud para el pueblo de Puerto Rico es la misma que el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) ha planteado durante las últimas tres décadas: un seguro de salud universal que recoja las mejores prácticas de cubiertas similares como las originadas en  Cánada y Reino Unido.

También sugiere retomar esquemas y proyectos creados en el pasado, como el programa de regionalización que impulsó el doctor Guillermo Arbona.

 Fortalecer los centros de salud primaria 330 y crear una red de promotores de la salud en las comunidades es también  parte de su plan de trabajo para transformar y cambiarle el giro al sistema de salud del País.

“Hay que reformular el sistema completo de salud”, puntualizó María de Lourdes Santiago, candidata a la gobernación por el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP).

En entrevista con El Nuevo Día, Santiago presentó su Plan Nacional de Salud para el Siglo XXI. Este se basa en un Seguro Nacional de Salud (SNS) que sea universal y cubra a toda la población, sin importar su situación laboral, nivel socioeconómico ni lugar de residencia en Puerto Rico.

Una entidad aparte, que se llamaría Corporación del Seguro Nacional de Salud,  se encargaría de canalizar y administrar los fondos para operar el seguro.

El financiamiento del SNS, mientras tanto, se nutriría de un Fondo Nacional de Inversión en Salud Pública. Asignaciones presupuestarias del Fondo General, partidas específicas de impuestos a productos dañinos a la salud y donativos de fundaciones, corporaciones e individuos alimentarían el Fondo.

Según explicó Santiago, el SNS combinaría los recursos de distintas ramificaciones dentro de la sombrilla del Departamento de Salud, así como de la Corporación del Fondo del Seguro del Estado y de la Administración de Compensaciones por Accidentes de Automóviles.

“Sería un plan con  cubierta básica para personas hasta  64 años de edad”, dijo la portavoz del PIP en el Senado.

Las personas mayores de 65 años, mientras tanto, seguirían recibiendo los beneficios del programa Medicare, reconoció Santiago.

“Las aseguradoras privadas seguirían ofreciendo cubiertas secundarias para los que quieran complementar su cubierta básica (del SNS)”, dijo.

No es por falta de recursos. Según informó la senadora, el PIP reconoce como principios básicos que “la salud es un derecho fundamental de todos los ciudadanos y sus comunidades y que el lograr y mantener un óptimo nivel de salud es requisito esencial para maximizar la calidad de vida y realizar al máximo el potencial de los seres humanos, para que de la misma manera estos seres humanos sean capaces de aportar a sus comunidades y a su país”.

 Por eso, agregó, el PIP  entiende que el sistema de provisión de servicios de salud debe ser guiado “por un principio fundamental de solidaridad humano y no por el afán de lucro”.

“El problema (con el sistema de salud del País) no es uno de falta de recursos, es un grave problema de enfoque por el poder desmedido de las aseguradoras”, comentó Santiago.

  De acuerdo con la aspirante a la gobernación del País, el gasto de salud de Puerto Rico se estima en $10,877 millones, lo que representa un 10.5% de su Producto Interno Bruto (PIB).

 “Eso es cinco veces más de lo que se invierte en otros países del Caribe”, manifestó.

La madre de un niño de 12 años deploró que, a pesar de la cantidad de dinero que se invierte en la salud del País, el sistema sigue siendo uno terapéutico y curativo, en lugar de preventivo.

“Es indignante que se imponga el criterio comercial sobre el clínico”, sostuvo.

Como ejemplo, señaló que, bajo la actual Reforma de Salud, basada en el modelo de cuidado dirigido (“managed care”) y de pago por capitación (cantidad fija mensual por paciente), diariamente los proveedores de salud se enfrentan a problemas éticos a la hora de atender a los pacientes, pues el pago que reciben está atado al racionamiento o no de servicios.

Fallas en el sistema actual.  El Plan Nacional de Salud para el Siglo XXI que presenta el PIP señala algunos de los “males” del sistema de salud actual. Entre estos menciona que es uno totalmente fragmentado con falta de integración y coordinación entre los proveedores de servicios de salud de los distintos niveles de cuido. Ineficiencia en el uso de recursos y fondos, con una proporción significativa de personas sin seguro médico, además de aseguradoras privadas con demasiado poder e influencia sobre los componentes del sistema son otros de los puntos señalados.

Un sistema muy centrado en los hospitales y servicios especializados de salud, fuga de profesionales, escasez de ciertos especialistas y poca inversión en programas de promoción y prevención de la salud también son señalados por el análisis realizado por el PIP. También se critica que el sistema esté demasiado pendiente a los fondos y reglamentaciones federales y cómo muchos de estos están a riesgo por la crisis fiscal que atraviesa el País.

Más prevención. Devolverle la gobernanza del sistema de salud al Estado y que se haga partícipe al pueblo es otra de las propuestas principales de Santiago dentro de su plataforma de salud.

Para esto, la abogada propone fortalecer y potenciar el Consejo Multisectorial del Sistema de Salud de Puerto Rico creado a través de la Ley 235, aprobada en diciembre de 2015.

“Tenemos que rescatar el concepto de regionalización que propuso (el doctor Guillermo) Arbona”, indicó.

Recalcó que los Centros de Salud Primaria 330 recogen el concepto de la regionalización que pretende impulsar, así como una medicina más preventiva que curativa.

Santiago enfatizó en la importancia de que la atención de salud primaria sea la espina dorsal del sistema mediante una red nacional de centros comunitarios.

Por eso, propuso un Plan Estratégico Intersectorial de Promoción de la Salud y Prevención.

“Necesitamos un ejército de promotores que ayuden a identificar situaciones, como la falta de adhesión a tratamientos médicos debido a, por ejemplo, problemas para llegar a las citas médicas”, dijo.

Atender la adicción a drogas mediante distintos programas, como los de intercambio de jeringuillas y el de buprenorfina, también son parte de su programa, así como reducir la tasa de cesáreas sin justificación médica, fortalecer la salud oral en niños, la salud   sexual y la reproductiva.

Fortificar la salud mental, humanizar los partos y atender las necesidades de una población más longeva también son parte de sus prioridades.