La congelación y reducción de fondos a la Univesidad de Puerto Rico confirma que el impago ya se está dando y que las víctimas, entre otros, son nuestr@s jóvenes y nuestra Universidad. Insisto en que la actitud correcta ante la crisis es decretar el impago (no una moratoria) de la deuda pública, de forma que se garantice la provisión de servicios a la ciudadanía y la asignación de fondos para desarrollo económico.
Reitero mi solidaridad y mi respeto a los estudiantes del Sistema de la Universidad de Puerto Rico (UPR) que hoy asumen su responsabilidad con el País y con su propio futuro, reclamando que se respeten los recursos de la Universidad del Estado.
La educación pública desde los grados primarios hasta las escuelas graduadas, es uno de los renglones imprescindibles de inversión pública para el desarrollo de un país. Mutilar a la UPR es restarle probabilidades de éxito a nuestro futuro. Tod@s l@s que creemos en la urgencia de un cambio fundamental en el País, vemos en est@s jóvenes universitari@s una gran señal de esperanza. Mi llamado a las autoridades universitarias y al Gobierno de Puerto Rico para que atiendan los reclamos de transparencia y ampliación de participación en la gobernaza del Sistema UPR; que se liberen todos los recursos necesarios para el funcionamiento de nuestra Universidad y que se inicie un proceso de transformación de las políticas que la gobiernan.
Esa será mi prioridad como Gobernadora.