El debate de hoy confirmó que más allá de las diferencias en estilos y personalidades, ambos candidatos no son más que dos caras de la misma moneda devaluada. Ambos defienden la competencia mercantil en la salud. Ninguno pudo proveer, ni aún ante la insistencia de los periodistas, una idea específica para manejar la deuda o para promover desarrollo económico. Los dos reclaman ser campeones de la anexión, más lo único que garantizan con la estadidad es el aumento en la dependencia. Pero no sólo son indistinguibles entre sí: nada los separa de las políticas fracasadas de los anteriores gobiernos del PNP.